Significado: Cuando alguien dice cosas que no tienen sentido, no se hace caso a esos comentarios.
Origen: Cuenta la historia que una vez se acercó a Aristóteles un hombre muy prolijo en palabras. Tanto y tanto hablaba que al final terminó por pedirle excusas al filósofo. Aristóteles respondió: Hermano, no tenéis de que pedirme perdón, porque estaba pensando en otras cosas y no os he entendido una sola palabra.
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